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domingo, 25 de enero de 2015

Blanca Eco – Bad white

¿Sabes? Hay una silla para ti,
y una tibieza inerme
que se deja enmohoecer.

Mi memoria cautiva
en tu propia valija
que se deja rellenar.

Hay un vacío reluciente
con pasos redundantes
que se permiten regresar.

Y un eco lascivo y voluble,
es el mudo desprendimiento
de un broche más.

A la última lagrima;  sobria o desnuda
entras por mil espejos,
como un eco atiborrado de ruido,

Con un lívido cachemir tintado,
del mismo estúpido blanco
que mi ingenuidad,

pruebas la calidez de un abrazo
enseguida de uno anterior.
como es tu costumbre.