Mi mano a tu mano,
de pie y bajo el pórtico.
Tierna y sutil belleza,
haces latir todo lo que tocas
con tus delicadas manos.
No quise evocar sus funestas figuras.
No pretendo salpicar mentiras en tu corazón,
Ni debo volver a insistir en mi deseo.
La terquedad se ha ido contigo,
pero siento que no he luchado lo suficiente.
En esta mañana caminaré por ti.
Si pudiera regresar y tus pasos me siguieran,
solo estarías molesta por no golpearte,
golpearte con un beso.
Entiérrales agujas, agujas de colores
y si te lastimo con mis ausencias,
Entonces déjame clavado en el silencio.
No es fácil entrar y ser juzgado,
karma contra deseos.
Las almas solo quieren ser una otra vez.
Solo los ojos de los santos nos miran,
campanas en lo alto, luces de colores.
¿Qué es lo que me quieres decir?
¿Qué dos más dos siempre suman cinco?
¿O que nunca en casa hubo ganadores?
Solo miradas frías y caminatas nocturnas.
Esto no es una coincidencia.
Esto estaba por ahí, en algún papel
pero si lo leyese no le entendería.
Un pergamino sumergido en agua bendita.
En el viento del sur y el calor de mayo.
Como un terremoto en medio de una guerra.
Ese corazón tan dañado debe de tener cura,
déjame enmendar sus heridas y sanarlo,
mientras no muera el poder de mis manos.
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