Manos heridas en sábanas mojadas,
fotografías desesperadamente reveladas
y el pasar de los autos en la lluvia.
Dibujos en cristales empañados,
tantos recuerdos condensados
me han hecho dar ocho giros antes de caer.
Es esta tu risa llorando,
de llanto en llanto saltando.
Es como un cobijo de sonidos sumergidos en tibieza.
Ahora mira, he llegado al acantilado.
Cuando la melodía finalmente se detuvo.
Al tiempo que aves resplandecientes presumen su color tornasol.
Los pasos nunca se detienen.
La gente sólo rompe los senderos.
Sólo son mentiras ya descubiertas por el gato en mi regazo.
¿Cuántas veces puedo verte frente a frente sin pedirlo?
Fechas que convergen, colores, letras
y caras que alimentan mi desiderátum.
Me usas para olvidarte.
Me dibujas sonrisas de polen.
Me enredo en las diferentes gotas de lluvia.
Tengo alas tranquilas para seguir recuerdos infantiles
e ir a mi mundo impenetrable y permanente.
Voy a dibujar y saltar por los jardines mirando los gatos a los ojos.
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