Un olor a sangre, se mezcla con el viejo metal de la coladera.
Los vapores ascienden, escapando de la cárcel humana.
Al respirar hiede a muerte y desazón. Huele a mentira y escamas.
Cada uno está mezclado. Cada cuerpo deja sublimar su alma. Cada ego se embaraza del propio clon. Y se alimenta a sí mismo.
Y no importa nada.
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